Ahora estamos viviendo en la Villa 21, que visitamos la semana pasada. Hemos asistido a un taller de escritura con drogadictos muy interesante en el que cada uno tenía que contar algo que le hubiera pasado, en forma de noticia.
Las historias fueron la bomba. Alguno de ellos contó cómo había robado algún celular (móvil), otro nos contó el nacimiento de su hijo, otra chica, de 21 años, nos explicó la diferencia entre el nacimiento de su último hijo, Marcos, y los dos anterios, pues como estaba muy drogada, del nacimiento de los anteriores, no fue ni consciente. Ahora, alguno de ellos, lleva un tiempo sin drogarse.
La reunión terminó con una oración en la que los asistentes pedían cosas a Dios o daban gracias. Nos imprsionó el fervor con el que no de los chicosmás jóvenes que lleva 5 meses sin drogarse, daba gracias a Dios por ese día, un día más de vida, un día más sin consumir.
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