"Yo fui abusada y violada. Si ahora dejo de drogarme comienzo a ser consciente y puedo llegar a quitarme la vida como hizo mi madre, pero yo no quiero hacerle eso a mis hijos. Por eso prefiero seguirme dorgándome. Así, de paso no veo como también abusan de mis hijos". Romina.
"No es que no tenga voluntad. Es que no puedo". María.
"Aquí cuando vengo estoy tranquila, pero en la calle necesito drogarme". Belinda.
"Me afecta todo, me rejode. Estoy remando yo sola, acá fuera. Raúl está preso. Aguanté tanto tiempo ya, que quiero seguir sin consumir". Shamila.
"Con mi vieja no puedo tener un diálogo de madre-hija como yo quisiera tener". Alejandra.
"Necesitaría que mi padre me pusiera límites. Pero que ni se le ocurra, que lo mato". Miguel.
"Nosotros nos tenemos que dejar ayudar, para que ustedes nos puedan ayudar". Juan.
"Llevo 3 años y 7 meses sin consumir. La responsabilidad que me han dado los curas en El Hogar, está muy bien, me hace bien". Sara. (Tiene 29 años y acaba de ser abuela. Su hija tiene 14 años).
Estos son parte de los testimonios expresados en el grupo de terapia en El Hogar.
No creo necesario, hacer ningún comentario por nuestra parte.
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